Hotel Mar Blau Hotel

Mar Blau Hotel es un establecimiento de tres estrellas ubicado en la famosa ciudad costera de Calella (Cataluña), en la Costa del Maresme, y a 56 kilómetros de Barcelona. Se encuentra emplazado a menos de 200 metros de la calle principal del pueblo y a cinco minutos a pie de la playa.

Este hotel dispone de 220 habitaciones, todas ellas con balcón privado para disfrutar el clima del mar Mediterráneo. Las habitaciones se dividen en estándar y familiares, siendo todas muy confortables y estando perfectamente equipadas.

El Mar Blau Hotel es ideal para familias, parejas y/o grupos de amigos que quieran desconectar, pasando unas vacaciones relajadas y soñadas en la costa catalana. Su ubicación en el apacible pueblo de Calella y su cercanía con una playa muy atractiva hacen del Mar Blau el hotel justo para este fin. Además del mar, el lugar también ofrece la posibilidad de una amplia y variada oferta gastronómica y comercial. Para conocer la zona con mayor detalle, es posible contratar en el hotel excursiones a sitios de atracción cercanos.

Para aquellos viajeros que prefieran descansar, sus cómodas instalaciones constan de múltiples espacios comunes, entre los que te destacamos la piscina, el bar, el restaurante y el gimnasio. Además, quienes decidan viajar con niños, estarán satisfechos con el parque infantil y las distintas actividades de entretenimiento que se organizan durante los meses de temporada (de junio a septiembre).

El establecimiento es apto para personas con movilidad reducida, ya que tiene ascensores y espacios amplios, tanto en los espacios comunes como en las habitaciones. En particular, cuatro habitaciones del hotel están totalmente adaptadas para personas con movilidad reducida.

Asimismo, la recepción está a disposición de los huéspedes las 24 horas del día y cuenta con servicio de consigna de equipajes y parking cubierto, entre otros servicios.

El Mar Blau Hotel se encuentra en la calle de Valldebanador 23-29 de la localidad catalana de Calella. Este pueblo forma parte de la denominada Costa del Maresme, que se caracteriza por sus largas playas de arena, pintorescos pueblos marineros y una gran tradición turística. Además, tiene signos geográficos propios: la cordillera litoral protege a los pueblos como Calella de los vientos del norte y junto con el mar Mediterráneo los dotan de un clima suave durante todo el año y una luminosidad única.

En cuanto a Calella, es una localidad de aproximadamente 18.000 habitantes y gran atractivo turístico, principalmente debido a su playa de larga extensión y al atractivo paseo marítimo “Manuel Puigvert”. También destacan los más de 150 restaurantes con una oferta gastronómica muy variada, distintos espacios culturales y la calidez de los pobladores.

Macizo de Monserrat

En las afueras de la ciudad, los viajeros suelen visitar el Macizo de Monserrat, considerado la montaña más significativa de Cataluña. El pico está a los 1.236 metros, lo que lo hace bastante accesible.

Este sitio se encuentra muy vinculado a la espiritualidad, por haberse encontrado allí la imagen de la virgen de Santa Cova. Por ello, además del famoso e imponente Monasterio de Monserrat, se puede encontrar en la montaña un gran número de pequeñas iglesias y ermitas.

El monasterio también se destaca por su patrimonio cultural. En él se encuentra una biblioteca con más de 300.000 volúmenes, además de un museo que contiene obras de El Greco, Picasso y Dalí.

Barcelona, la ciudad condal

El sitio es también ideal para todos aquellos que, sin querer pernoctar en Barcelona, se interesan en hacer una visita rápida a esta maravillosa ciudad. La corta distancia existente entre Calella y la Ciudad Condal hace posible ir y volver de ella en muy poco tiempo.

Por ello, los huéspedes aprovechan estas visitas para conocer el patrimonio arquitectónico de la ciudad, destacando, por supuesto, las visitas a las construcciones de Antonio Gaudí: la Sagrada Familia, el Parque Güell, la Casa Milá y la Casa Batlló.

Cuando el tiempo lo permite, se pueden realizar caminatas por el centro histórico: Las Ramblas, desde la plaza de Cataluña hasta el puerto antiguo, admirando edificios de interés como el Palacio de la Virreina y el Gran Teatro del Liceo. El mercado de San José, más conocido como “La Boquería”, es una parada obligada para comer algo al paso y quizás también comprar algún producto fresco.