El apfelstrudel es un delicioso postre de la cocina austriaca y sur de Alemania, relleno de manzana, cuyos orígenes se remontan a la época Bizantina.
Ingredientes (6-8 personas):
- 3 manzanas (Golden)
- 5 láminas de pasta filo
- 1 limón
- 75 g de almendras laminadas
- 50 g de uvas pasas
- 250 g de azúcar
- 2 Nueces de mantequilla
- 15 ml de licor de naranja
- Nata montada
- Canela en polvo
Elaboración del Apfestrudel:
- Lo primero que se debe hacer es poner a remojo las uvas pasas con el licor de naranja hasta que se ablanden. Reserva.
- A continuación pela y corta las manzanas en dados y colócalas en un bol con el azúcar. Añade la ralladura y el zumo del limón y remueve. Reserva.
- Extiende las láminas de pasta filo en una superficie lisa, píntalas con la mantequilla derretida y colócalas apiladas una encima de otra. Coloca encima las almendras (guarda unas pocas) y las uvas pasas maceradas e incorpora las manzanas.
- En el siguiente paso se debe envolver y pintar la última lámina con mantequilla para que la pasta se tueste mejor en el horno.
-
Finalmente, se debe poner el strudel de manzana en una fuente de horno y espolvorear con las almendras reservadas, una pizca de canela y otra de azúcar. El pastel de manzana debe estar durante unos 30 minutos en el horno a 180ºC.
-
A la hora de servir el pastel de manzana puedes acompañarlo de un poco de nata montada.
Cocina Alemana y Austriaca
La gastronomía alemana es deliciosa y abundante. La comida del mediodía es la más importante y se puede paladear en distintos locales; un Weinkeller o Bierkeller resulta adecuado para comidas ligeras y un Gaststätte para hacer la comida menos formal que en un restaurante. En un Ratskeller, se sirven platos tradicionales a precios razonables.
Los desayunos suelen ser copiosos y las cenas ligeras. En Alemania se puede saborear una rica variedad de salchichas exquisitas como las blancas, Francfort, asadas tipo Nuremberg o las ahumadas, acompañadas de diversas salsas como wurst (de distintas formas), bratwurst (con especias), weisswurst (de carne) y blutwurst.
También resultan deliciosos sus platos típicos como: eisbein, pie de cerdo cocido o en escabeche con chucrut; asado de cerdo conknödel, una gran albóndiga de pan o patata que se suele tomar precedida de una sopa de albóndigas de higadillos; sprotten, pequeños arenques ahumados y picantes; spätzie y maultaschen, platos de pasta con cebolla tostada y queso rallado; riebekuchen, tortilla de patatas ralladas; y schwardzwälder Kirschtorte, pastel de frutas del bosque, de postre.
La cocina austriaca tiene claras influencias de los países que conformaron el Imperio Austro-Húngaro. Así se pueden encontrar platos con componentes húngaros, checos, polacos, eslovenos e incluso, italianos. Claros ejemplos de esta influencia son las picantes albóndigas conocidas como «vapcici» y la consistente sopa de alubias, también picante, procedentes de Serbia, la Sopa Sauerkraut y las bolas de pan con que se acompañan las comidas checoslovacas y la col rellena polaca. De Hungría destacan el goulach, guiso de carne de vaca aderezado con cebollas, ajo, pimientos, tomates y apio y el «dobostorte» aunque en Austria le ponen más mantequilla que azúcar.
Los platos típicamente austriacos son muy sencillos, el sabor depende más de la calidad de los ingredientes que de su preparación. Destacan el tafelspitz, consistente en ternera hervida, el wienerschitzel, un filete de ternera de enorme tamaño rebozado en huevo y pan rallado muy parecido al escalope español que se sirve con una ensalada de patata fría o de pepino, el wienerbacklhendl, preparado del mismo modo que el anterior pero con carne de pollo, servido con patatas salteadas, el schinkenfleckerl, guiso de jamón cortado a tiras con pasta o el scheweinsbraten, asado de cerdo. Toda comida austriaca se suele acompañar de los kren, rábanos picantes y con la schittlauchsauce, una salsa a base de cebolleta. Típicos son también los knödel, pudines con tiras de tocino e hígado que se sirven con la sopa y la carne y los fiambres y las salchichas que se toman como comida rápida tanto en tabernas como en restaurantes con terraza al aire libre.
Los postres son realmente exquisitos, razón de su merecida fama. Existen postres calientes como los palatshinken, tortitas rellenas de mermelada de frutas. También son estupendos los knödel rellenos de albaricoque caliente o de queso de nata y las tartas de todos los sabores, de cerezas, fresas, avellanas, nueces, destacando la sachertorte, tarta de chocolate que también puede llevar mermelada de albaricoque. La mayoría de las tartas se pueden comer con nata batida o sin ella pero todas ellas una delicia.
La comida se suele acompañar de vino y agua. Los vinos austriacos son de excelente calidad. La mayoría de ellos suelen ser blancos y se sirven tanto con el pescado como con la carne. Son muy famosos los procedentes de los viñedos de Wachau, Kampt, Weinviertel, Estiria y Viena. El más popular es el Grüner Veltiner, seco o semiseco. Como tintos destacan el Vöslauer y los de las cepas de Burgenland. También se pueden encontrar vinos espumosos como el Dürnsteiner o el Langenloiser. Los austriacos acostumbran a beber también mucha cerveza. La marca nacional es la Grösser y se sirve en vasos de cuarto de litro como mínimo y, sobre todo, de medio litro.