Hay muchos motivos para elegir un hotel durante tus vacaciones, pero los que te mostramos te convencerán con una sola razón: una piscina para soñar.

Algunos médicos (y todas las madres) recomiendan esperar un par de horas después de comer antes de zambullirse en el agua, pero esto supone todo un reto para los bañistas que quieren sumergirse en la piscina del hotel One&Only Reethi Rah Maldives, donde el agua se confunde con el cielo. Ponte tu mejor bañador porque te damos la bienvenida a esta joya en medio de la naturaleza, un resort en el corazón de las Maldivas que ofrece una absoluta intimidad gracias a sus 130 villas privadas separadas a lo largo de la costa, relax absoluto y una piscina de la que te advertimos, no vas a querer salir nunca. Nadar a la sombra de las palmeras es posible en este lugar, que con su borde infinito, ofrece la sensación de estar sumergido en el mismísimo horizonte, entre la arena, el agua y el cielo de la playa. Lo cierto es que el agua es un elemento con un papel protagonista en todo este resort y prueba de ello es su restaurante, que construido sobre el agua, permite a sus comensales disfrutar de una exquisita cena japonesa en un entorno idílico. También el spa recalca la importancia del agua en este enclave mágico de las Maldivas, y no es de extrañar que lleve años coleccionando premios. Todos bien merecidos teniendo en cuenta que quienes lo han probado aseguran que aquí las preocupaciones se las lleva no el viento sino las olas del océano Índico. Así que tú ponte en manos de los expertos terapeutas, conocedores de filosofías de curación antiguas y modernas, y déjate mimar en un espacio tranquilo compuesto por piscinas de hidromasaje, salas de vapor, saunas, y fuentes de hielo. Una lluvia tropical refrescante completa el recorrido.
Tenemos que viajar hasta la isla de Bali, la provincia más pequeña de Indonesia, concretamente hasta Payangan, un pueblo del norte de Ubud, para encontrar Hanging Gardens Ubud, un complejo de lujo construido sobre 3,2 hectáreas de tierra, que reina majestuoso en mitad de un bosque de árboles centenarios. Pero si hay un lugar al que tendremos que rendirle culto es, sin duda, su piscina: premiada como la mejor piscina del mundo por Condé Nast Traveller y TripAdvisor, esta ‘infinity pool’ de dos niveles es uno de los lugares más fotografiados de todo Bali. Tiene además una pared geométrica de ceniza volcánica solidificada que la hace parecer flotar en su entorno, dando la sensación a sus afortunados bañistas de estar nadando por encima de las mismísimas copas de los árboles. Su diseño, con curvas ondulantes, se ideó con la filosofía de hacerse eco de la apariencia de los campos de arroz, postales emblemáticas del paisaje de Ubud. De hecho, los propietarios del resort han trabajado mucho para que todo el hotel estuviera en consonancia con las formas de la tierra. En el nivel superior hay una amplia terraza, mientras que el inferior está casi escondido a la vista para permitir la máxima privacidad de sus afortunados bañistas. Y aunque en un escenario de ensueño como este seguro que no te importa que se te arruguen los dedos, hay además un banco de piedra para los que quieran salir del agua y tomar el sol durante un rato.
Un último apunte para las parejas de enamorados: si celebráis en este espectacular hotel vuestra luna de miel, tendréis la posibilidad de disfrutar de un menú gourmet en la mismísima piscina, subidos a bordo de una plataforma de madera antigua decorada con cortinas coloridas y con las estrellas como único techo. Y es que una piscina como esta no puede tener ningún complejo para convertirse en restaurante.

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería nadar en la cima del mundo? Porque hay un lugar que te dará una respuesta bastante aproximada. Eso sí, tienes que ser huésped del hotel Marina Bay Sands de Singapur para poder hacer unos largos en su piscina, pero créenos, eso sólo añade lujo y encanto a tu experiencia. Con Singapur a tus pies, refrescarte en una piscina como esta te sabrá a poco… querrás quedarte en ella durante días, aunque eso será si no te impone saber que estás a 57 pisos sobre el suelo, ahí es nada. La piscina, de borde infinito, se divide en tres zonas diferenciadas y diseñadas para que todos los públicos puedan encontrar un espacio en el que sentirse a gusto y estar como pez en el agua. Así pues, hay un espacio destinado a niños de hasta seis años, otro para los adolescentes de hasta 16, y un tercero para los adultos. Tomar un cóctel junto a la ‘infinity’ de 150 metros es una de las experiencias que más atrae a los turistas, y sin menospreciar la calidad de las bebidas, que es excelente, el mérito lo tiene que no hace falta salir del agua para ello: las hamacas que se adentran en la piscina son el mejor lugar para tomarte una copa o las que quieras, aunque no permitas que el alcohol empiece a nublarte el paisaje. Y buenas noticias para los nocturnos: si quieres ver el ‘skyline’ de Singapur iluminado, estás de suerte porque la piscina está abierta hasta las once de la noche.