Viajar, te permite descubrir infinidades de paisajes, culturas, costumbres, idiomas, maneras de hacer, de pensar… siempre aprendes y te quedas maravillada con cada una de ellas, porque son únicas, y sin darte cuenta parece que estés en otro planeta aprendiendo y explorando toda la esencia que esconde.
Después de haberme dejado perder por gran parte de los rincones que este mundo nos regala, Australia es el país que más me ha identificado y en el que permanecería durante un largo tiempo.
El país que todos quieren visitar, Viajar a Australia
Australia es el 6º país más grande del mundo, es casi tan grande como toda Europa, aún su gran extensión es solo habitada por 23 millones de personas, dónde la mayoría de ellas residen en la costa, es por ello que vivir en Australia es todo un lujo ya que se puede disfrutar de una gran calidad de vida, de una inmensa tranquilidad y de una naturaleza y fauna que te dejará completamente enamorado.
Para poder viajar a Australia es necesario tener un visado, dependiendo de tu intención de viaje, será de un tipo u otro, en mi caso necesitaba un visado de turista, el cual te permite entrar a Australia para viajar durante un máximo de 3 meses, también para poder hacer voluntariado o incluso estudiar, pero sobretodo está totalmente restringido el poder trabajar, para ello necesitas otro tipo de visado.
Sídney
Mi primer destino fue Sídney, la ciudad más famosa y conocida de toda Australia, tenía muchísima ilusión por conocerla y vivirla, de empaparme de ella, de sus habitantes, sus costumbres, sus monumentos… todo un chute de conocimiento previo para poder empezar un largo viaje por las remotas tierras de la inmensa Australia.
Sídney es una ciudad grande y con mucha vida, en ella puedes hacer miles de cosas a parte de poder disfrutar de sus playas y parques, siempre hay actividades o eventos que disfrutar.

Es muy acogedora y muy internacional, tiene mucho ambiente, los aussies que es como se les llama ahí, tienen la costumbre de quedar cada fin de semana con los amigos o la familia y pasar el día al aire libre montando barbacoas y disfrutando de una refrescante cerveza en buena compañía, así es como les gusta vivir a los australianos, no les gusta los agobios ni estresarse por nada, simplemente se limitan a vivir la vida y a trabajar lo justo para poderla disfrutar. El lema de la gran mayoría de ellos es: “trabaja para vivir, no vivas para trabajar”, valoran mucho más el tiempo que el dinero, cosa que muchos de los europeos deberíamos aprender. En eso me identificaba totalmente con ellos, siempre he valorado el tiempo y lo he destinado a hacer todo aquello que me hace realmente feliz, a parte de dedicarlo con las personas a las que quiero, no hace falta mencionar que VIAJAR es mi gran debilidad.
También hay que decir que Sídney es una de las ciudades más caras de toda Australia, los sueldos son muy altos y por ello la vida allí se hace cara, tiene una muy buena calidad de vida, sin ir más lejos, hay dos ciudades australianas que aparecen entre las 20 ciudades con mejor calidad de vida de todo el mundo según la revista Forbes.
Uno de mis consejos si queréis ir a Australia, es tener en cuenta y ser conscientes del país donde vais a ir, de su nivel de vida, para poderos dejar llevar y poder disfrutar de cada momento sin teneros que agobiar por vuestra economía.
Durante mi estancia en Sídney dediqué 5 días completos a visitar cada uno de sus monumentos, calles, jardines y playas que componen esta bonita ciudad, y sin duda cumplieron mis expectativas.

Opera House
Una de las primeras visitas que realice y que deseaba con mucha ilusión, fue la famosa Opera House, donde se realizan obras de teatro, ballet, ópera o producciones musicales, ubicada a orillas de la bahía de Sídney y en frente del Harbour Bridge, el cual, conecta el centro financiero de la ciudad con la zona residencial y comercial, atesorando unas vistas impresionantes. Recomiendo visitarlo durante el día, aunque es un lugar muy mágico cuando empieza a atardecer, puedes disfrutar de unas bonitas vistas y una copita de vino en uno de los restaurantes con terraza que se encuentran justo debajo del Opera House, sitio que sin duda os dejará encantados!



Puerto de Darling Harbour
Otro lugar de interés para visitar es el Puerto de Darling Harbour, uno de los más animados de Sídney. En él puedes pasear por sus largos muelles donde se ofrecen múltiples restaurantes y una atractiva vida nocturna, además de poder disfrutar de un mini parque de atracciones y tener la oportunidad de sumergirte en el mundo submarino de Sea life, un acuario que contiene una gran variedad de vida acuática australiana y unos túneles submarinos donde recrean la Gran Barrera de Arrecifes de coral, siendo esta una de las atracciones más populares.
También tienes la opción de coger un crucero por la bahía de Sídney, deleitándote con las vistas de Opera House, los modernos edificios de la costa y el centro financiero de Sídney.



Jardín Chino de la Amistad
Asimismo, aprovechando la zona, sin darnos cuenta dimos con un parque que está justo al lado del muelle, el Jardín Chino de la Amistad, un bonito sitio donde perderse y disfrutar de su tranquilidad.



Bondi Beach
Sídney tiene una de las playas más famosas de Australia; Bondi Beach, ésta se encuentra a 10 km del centro y eso hace que sea de las más concurridas, tiene 1 km de largo y es muy amplia, en ella se realizan gran variedad de eventos y el fin de semana se llena de gente tomando el sol en su dorada arena, haciendo footing por los largos senderos costeros que la rodean hasta llegar a Coogee y de barbacoa con los amigos compartiendo grandes risas.


No obstante, nadar en ésta playa es un poco peligroso debido a sus fuertes corrientes, es por ello que está delimitada por banderas para poder definir la zonas seguras de baño. Durante los meses de verano hay una red para tiburones submarina ya que por esa zona ha habido algún ataque de tiburón blanco por la gran cantidad de focas que habitan la zona.


Uno de los extremos de esta playa también está destinado para los surfistas, sobre todo para aquellos que se quieren iniciar, disponiendo de muchas escuelas de surf.
La verdad es que Bondi es una zona obligatoria para visitar, ya no solo por su bonita playa y su precioso sendero costero, sino por su mercado medio hippie que montan los domingos, y por los paseos entre sus calles llenas de tiendas y bares.
Segun iban pasando los días, veíamos diferentes tours que nos iban ofertando y poco a poco llamando más la atención, así que al final decidimos hacer uno de ellos pero por nuestra cuenta, optamos por alquilar un coche durante dos días e ir un poco más allá del centro de Sídney, nuestro destino fue hacer las “blue mountains”.
Blue mountains
Las “Blue mountains” es un parque natural enorme donde se encuentran las famosas “Three sisters”, el “Katoomba Scenic World” y Katoomba que es el pueblo de la zona. Se encuentran a 100km de Sídney, a dos horas más o menos.
El nombre de Blue Mountains, procede del color azul que toman las montañas cuando se miran desde cierta distancia. Estas montañas han estado habitadas por tribus aborígenes Gundungurra y Darug dejando en ellas numerosas pinturas y rocas talladas.
Una vez llegamos a nuestro destino, fuimos directos a visitar las “Three sisters” y allí pudimos contemplar su belleza.

Cuenta la leyenda, que tres hermanas de la tribu Katoomba, se habían enamorado de quien no debían, las estrictas leyes prohibían su enlace y los hermanos acabaron causando una guerra por capturar a sus amadas.
Un brujo de la tribu Katoomba, lanzó un hechizo para proteger a las tres doncellas. Su intención era convertirlas en piedra hasta que la batalla finalizase, pero los hermanos no pensaron igual y acabaron con su vida de cuajo. Como él era el único que podía revertir el conjuro, desde entonces permanecen inertes con su mirada clavada en la profundidad del valle que les vio nacer.
Una vez finalizada la visita, optamos por hacer algunas de las rutas de senderismo que nos marcaban y perdernos en aquel maravilloso parque. La verdad es que a medida que íbamos adentrándonos en él nos iba cautivando más sus miradores, su gran vegetación, sus verdes colores y ese sonido de riachuelo que te acompaña en todo el camino hasta llegar a preciosas cascadas. Si tenéis la oportunidad, os aconsejo que paséis una noche en el pueblo y disfrutar del parque durante dos días explorando cada una de sus rutas.


