No en vano la llaman la ciudad eterna. Para nosotros, es eterna por la cantidad de cosas que tiene para visitar: pasear por el Trastevere, cerrar los ojos para imaginar a los gladiadores jugarse la vida en la arena del Coliseo, echar una moneda en la Fontana di Trevi, ver colarse un rayo de sol por el Panteón de Agripa, maravillarse delante de la Basílica de San Pedro, escuchar entre fuentes las actuaciones callejeras de la plaza Navona… y saborear un gelati… y otro… y otro más. Es una escapada en familia a tener en cuenta.
Visitar Roma en familia
Un plato de pasta cacio e pepe, unas alcachofas romanas, una polenta, unos pennes a la rabiata, un trozo de pizza de masa fina…
Es difícil resistirse a los encantos de Roma y esto la convierte en un destino que a priori, tiene todo lo que debería tener para ser una escapada interesante en familia. Y encima, estamos a menos de 2 horas y media en vuelos operados por un montón de compañías.
A todo esto, se suma que los romanos adoran a los niños y consideran la familia como una institución. En todas partes encuentran buenas caras cuando te ven aparecer con niños y es difícil que pases más de un minuto de pie en los transportes públicos sin que alguien se levante para ceder el asiento a los que viajamos con pequeños.
Sin embargo, de todos los lugares por los que hemos viajado en familia, Roma fue uno de los que se nos hizo más cuesta arriba y donde aprendimos que a partir de ahora, había que tener en cuenta las necesidades vitales de todos los miembros del equipo.
Atrás quedó aquella forma de hacer turismo en las ciudades en las que podíamos estar desde las 8 de la mañana hasta la noche acumulando horas y horas de visitas y más visitas. A partir de ahora toca tomárselo todo con más calma, empezar a mirar con otros ojos y empaparnos mucho más del “mood” de la ciudad.
Recomendaciones para viajar a Roma en familia
Si estáis pensando viajar a Roma en familia, aquí os dejamos algunas recomendaciones que a nosotros nos hubiera gustado saber antes de ir:
Si viajas con un bebé o con un niño que todavía no aguanta muchas horas caminando, combina el carro de viaje con el porteo. No cometas el mismo error que nosotros. Los empedrados de las calles de Roma son perfectamente recorribles por las ruedas de un carro.
Si tu idea es salir por la mañana y volver por la noche cuenta con el carro para el momento siesta. Idealmente, un carro de viaje o que sea fácilmente plegable por si necesitas subirlo en algún transporte público.
Llévate botellas de agua rellenables. Roma está llena de fuentes con agua fresca y recorrer la ciudad da mucha sed. A la salida de cada una de los principales lugares que visitar, encontrarás personas vendiendo botellas de agua por la calle.
Llevar una botella rellenable tiene una doble ventaja: el ahorro que supone para el bolsillo, además de poner nuestro granito de arena para cuidar un poquito el planeta.
Organiza las visitas por zonas para no tener que hacer grandes desplazamientos cada día y no te angusties si no puedes ver todo lo que te gustaría ver.
Si el viaje se convierte en un estrés, deja de ser una actividad de disfrute. Es mejor ver menos cosas pero con alegría, que tratar de seguir una agenda más apretada que el resto del año.
Deja tiempo para pasear sin rumbo, jugar en una plaza, pararte delante de una actuación callejera o incluso charlar con un camarero. Esto también es hacer turismo. Los tiempos muertos son necesarios incluso estando de viaje y cuando vas con niños, todavía más. Sobre todo, si lo que queremos es volver a casa con un bonito recuerdo de la experiencia.
A falta de parques, buenos son helados. Roma no se caracteriza por ser la ciudad con más parques del mundo. Los pocos que hay se conocen como “villas”. Para suplantar ese momento, nosotros decidimos ir en busca del mejor tiramisú y/o helado de la ciudad. Seguro que a tus hijos no les parece un mal plan.
No olvides llevar un jabón desinfectante. Roma es una ciudad con mucho tráfico en la que terminamos pasando muchas horas en la calle. Si viajas con un niño en fase de “tocarlo todo” vas a agradecer tener un poco de jabón con el que poder limpiarle de vez en cuando.
Roma está cargada de historia que puedes adaptar a la edad de todos los niños. Empieza a hacerlos partícipes del viaje aunque creas que son muy pequeños.
Es alucinante la capacidad de comprensión que tienen los niños, incluso antes de que empiecen a hablar.
Aprovecha para contarles información sobre el destino antes de llegar allí, enséñales mapas, cuéntales lo que van a ver cada día, utiliza lo que hay alrededor para integrarlo en los juegos…
Mira muy bien la zona donde alojaros en Roma, crucial que sea céntrica y a menos de 1km del centro.
Hay muchas prácticas que ayudan a utilizar el viaje como una tremenda fuente de aprendizaje.
Como decíamos antes, Roma es infinita. Después de varias visitas, seguimos teniendo muchos pendientes que ver en la ciudad. A las familias solo nos quedan dos opciones: visitar y experimentar lo que podamos o quedarnos en casa y no ver nada. Nosotros somos de los que preferimos la primera opción.
Si quieres saber qué ver en varios días, aquí van algunos consejos por días: Roma en 4 días, Roma en 3 días y Roma en 2 días. Menos, imposible.
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