El hotel San Polo ofrece sus servicios en la ciudad de Salamanca. Fue restaurado en 2001. El edificio de cuatro plantas alberga un total de 37 habitaciones. En la planta baja se encuentra un hall de entrada, la recepción y un ascensor que permite un rápido acceso a las diversas estancias del inmueble.
La citada planta es, con diferencia, uno de los puntos más característicos del hotel. De hecho, se puede tomar una copa rodeado de las ruinas de la iglesia románica homónima. El poder contemplar el diseño arquitectónico de un edificio religioso con tanta historia es un lujo a tu alcance que podrás disfrutar en tu próxima visita a la ciudad.
Las vistas, desde la terraza, de la catedral ayudan a ir conociendo algo más de esta bella ciudad. Cada pasillo, cada estancia, cada espacio tiene un toque decorativo de alto nivel que reconcilia al viajero con el glorioso pasado de Salamanca. El perfecto equilibrio entre precio y calidad es tan ajustado como conveniente para todo tipo de presupuestos.
El San Polo es un establecimiento idóneo para familias, parejas y profesionales. En cada caso recibirás un trato personalizado que se amoldará a tus necesidades. Este aspecto es de los mejor valorados por parte de los huéspedes. El hotel ha conseguido que un 82% de los que ya se han alojado en el mismo califiquen su estancia como excelente.
Su ubicación, la limpieza, la comodidad y la calidad del descanso son los cuatro pilares sobre los que este alojamiento ha logrado marcar la diferencia en Salamanca. La amabilidad de sus empleados es su mejor arma para conseguir la total satisfacción de todos los clientes. Sentirse como en casa en un marco incomparable no resulta sencillo, pero en este negocio hotelero consiguen este objetivo, y muchos otros que habrás de descubrir por ti mismo, con relativa facilidad.