Grecia: Grecia Histórica y Crucero por las Islas Griegas
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- Duración
- 9 días
- Tipo de circuito
- Circuito
¿Preparado para explorar Grecia por tierra, mar y aire? Sube hasta lo más alto y siéntete en el cielo en los increíbles monasterios de Meteora. Explora los rincones de la Atenas moderna y la Atenas clásica. Busca al oráculo de Delfos en las faldas del Monte Parnaso. Y broncéate a babor en el crucero más espectacular por el mar Egeo. ¿Te apuntas a este sube y baja tan apasionante? Pues echa la brújula al bolsillo y lánzate a explorar el país donde nació la cultura clásica. Arranca, como no podía ser de otra manera, en la capital, la eterna Atenas. Desde la Plaza Syntagma hasta el Arco de Adriano, pasando por la Biblioteca Nacional o el Estadio Panatenaico vas a descubrir todos los secretos de la ciudad antes de subir a lo más alto y mirar a los dioses cara a cara en la Acrópolis. Y cuando pienses que estás en lo más alto de tu viaje… ¡te darás cuenta de que simplemente acaba de empezar! Ponte de nuevo en marcha porque tu siguiente parada es Delfos, considerada en la antigüedad como el centro del mundo y que fue famosa durante siglos por las predicciones del oráculo de Apolo. ¿Sabías que hasta las laderas del Monte Parnaso llegaban miles de peregrinos con regalos para colocar en la Vía Sacra y ‘ayudar’ a conseguir mejores predicciones para sus intereses?
“Prepara la cámara de fotos porque en Meteora encontrarás un paisaje sublime con inverosímiles montañas y valles coronados con seis monasterios bizantinos en lo más alto como si estuvieran suspendidos en al aire”
Después de descubrir los secretos del ombligo del mundo, continúa tu recorrido por bellos pueblos de interior hasta llegar a Meteora, una de las grandes maravillas de Grecia. Su paisaje de inverosímiles montañas y valles se completa con seis soberbios monasterios bizantinos colocados en las cimas como si estuvieran suspendidos en el aire. La segunda parte de tu circuito discurre navegando por el mar Egeo, donde encontrarás algunas de las islas más bonitas del mundo. Primero harás escala en Mykonos, sin duda la isla con más estilo de toda Grecia y te perderás en sus calles empedradas entre casas encaladas e iglesias que conversan entre ellas. ¡Afina el oído a ver qué dicen! Después harás un alto en el camino en Kusadasi (Turquía) para visitar la espléndida ciudad clásica de Éfeso y la casa de la Virgen María. Seguidamente, llegarás a Patmos, donde te espera el halo de espiritualidad que rodea al monasterio de San Juan Evangelista y la gruta donde éste escribió el Apocalipsis. La siguiente parada de tu crucero es Rodas, donde recorrerás una capital de aires medievales y una isla con excelentes playas. Para concluir, un doble broche de oro: en primer lugar, una parada en Creta para que te quedes de piedra con la belleza del palacio de Knossos, centro neurálgico de la civilización minoica y, seguidamente, Santorini, que te regalará una postal única al borde de varios kilómetros de acantilados. De día, de noche, al amanecer o al atardecer… ¡siempre es la más bella!
Vive experiencias únicas
Pláka es una de las zonas más animadas de Atenas. Y no es nuevo, porque esto ha sido así desde hace mucho tiempo. No en vano, es la zona habitada más antigua de la ciudad y conserva todo el carácter que el paso de los años ha otorgado a este barrio residencial tan animado en el que conviven atenienses y viajeros. Es verdad que encontrarás pocas casas anteriores al periodo otomano, pero comprobarás que aún se respira aire de tradición. ¿Sabías que se cree que el nombre de Pláka procede de la palabra pliaka, que es como denominaban a los soldados albaneses al servicio de los turcos que se asentaron en esa zona de Atenas en el siglo XVI?
Durante tu paseo por el barrio vas a encontrar una gran variedad de tabernas donde picar algo, tiendas de antigüedades y de todo tipo, un ambiente heterogéneo, producto de la mezcla de los visitantes y de los residentes porque, de hecho, ni siquiera la abundancia de viajeros ha borrado el carácter de barrio residencial de la zona. Y por supuesto, no te pierdas los monumentos, que los hay, especialmente sus iglesias. Toma nota, querido viajero: la Metrópoli o catedral de Atenas –más bien reciente, porque es del siglo XIX-, la Panagía Gorgoepíkoös, conocida como la pequeña catedral, y la Agios Nikólaos Ragavas, una iglesia bizantina del siglo XIII.
Siempre es un buen momento para bucear por las tiendas y tabernas de Pláka, pero si tu visita coincide en fin de semana y especialmente en domingo, obtendrás el doble de ambiente y encanto porque coincidirás con el momento álgido de lo que algunos llaman el mercado de pulgas, una amalgama de vendedores donde podrás encontrar casi de todo.
Dicen que son las islas de Atenas porque están a tiro de piedra del puerto del Pireo. De hecho, es una de las mejores opciones para que hagas una excursión de un día desde la capital griega. Como en las matemáticas, el orden de los factores no altera el producto porque puedes empezar tu minicrucero por donde quieras. La más pequeña de todas es Poros, separada del Peloponeso por un estrecho canal marítimo.
En la isla vas a encontrar alguna playa interesante, aunque lo más destacado es su capital, donde coquetas casas de color pastel se arremolinan en torno a la torre del reloj asomándose al mar. La isla más grande es Egina, donde te espera un bullicioso puerto lleno de actividad que da pie a una maraña de estrechas calles con un ambiente clásico de pueblo griego. Seguro que vas a hacer más de una foto… Aunque más vale que reserves batería y espacio en la tarjeta para Hydra, sin duda la más idílica de las tres. ¿Sabías que esta auténtica joya del golfo Sarónico es la única isla donde está completamente prohibido cualquier vehículo de motor? Así que las únicas opciones para que te muevas por ella son la bicicleta, los tradicionales asnos o a pie.
Si tienes suficiente tiempo, no te quedes en el puerto y sumérgete en el interior de las islas, especialmente en Hydra y Egina, donde podrás encontrar sensacionales senderos para caminar, pequeñas bahías para darte un baño, monasterios, yacimientos y bonitos paisajes de campo.
Enseguida te darás cuenta de que estás en un paraje especial. Sólo tienes que mirar hacia arriba y contemplar lo que te rodea: espectaculares formaciones geológicas creadas a lo largo de miles de años. Escapados valles, profundas gargantas y, para coronar todo ello, varios espectaculares monasterios bizantinos. ¿Alguien da más? Bienvenido, querido viajero, a Meteora, un paisaje Patrimonio de la Humanidad.
La obra de la naturaleza ya merecía de por sí tu visita, pero la historia de Meteora va mucho más allá gracias a los monjes que, desde el siglo XIV, empezaron a levantar monasterios en lo más alto de las montañas. Desde que en 1382 el monje Athanásios fundase el monasterio de Megálo Metéoro, se empezaron a levantar cenobios hasta un total de 24. Como muchos se abandonaron a finales del siglo XIX, hoy día sólo podrás visitar los seis que quedan en funcionamiento. ¡Pero qué seis! Para tu visita, eso sí, prepara bien tu ruta y, si vas justo de tiempo, selecciona los que prefieres ver para que te cuadren las distancias y los horarios de apertura de cada uno de ellos. Ten en cuenta que el Megálo Metéoro es el más antiguo y conocido por su imponente estructura, el Moni Agiou Nikolau es el más cercano a Kastraki, el Monte Agias Varvaras Rousanou destaca por sus vidrieras, el Moni Agias Triados es el más alejado y remoto y el Moni Agiou Stefanou cuenta con un interesante museo.
Cuando estés en Meteora, seguro que te preguntas cómo subían los monjes todo lo que necesitaban para construir los monasterios. No está del todo claro, aunque la teoría más extendida es que colocaban clavijas en las rocas para alzar todo el material. Otra teoría apunta que se volaban cometas sobre las cumbres, con cuerdas atadas a las que serían las primeras escalas de cuerda de la historia.
Cuida la vestimenta cuando visites los monasterios. Mantén tus hombros cubiertos y lleva pantalones largos o falda por debajo de las rodillas. Si no lo haces, te facilitarán en la entrada una falda cruzada para ponerte durante la visita.
La historia de la Acrópolis es muy intensa, pero para movida, la del templo de Atenea Niké. Y es algo literal, querido viajero. No en vano, el edificio diseñado por Calícrates y construido en mármol pentélico entre el 427 y el 424 a. C., ha tenido que ser desmantelado y vuelto a construir varias veces.
La primera vez fue en 1686, cuando los turcos quisieron usar su excelente ubicación para colocar un cañón. No fue hasta 1836 cuando empezó a reconstruirse otra vez con su sumo cuidado… y falta de criterios técnicos, porque 40 años después de su ‘resurrección’ en 1842 se desmontó entero otra vez porque la plataforma se venía abajo. Y por si fuera poco bullicio, en 2003 el templo volvió a ser desmontado pieza a pieza para restaurarlo fuera de la Acrópolis. Eso sí, no temas porque este pequeño y proporcionado templo que verás en lo alto de un risco en el borde suroeste de la Acrópolis está ubicado en el lugar original y siguiendo la estructura primigenia. Fíjate en el friso, donde encontrarás las escenas de la batalla de Platea en la que los atenienses vencieron a los persas.
Además de una ajetreada historia, el templo Erecteión tiene una leyenda negra previa a su construcción. Cuenta la mitología que el rey Egeo esperó en el lugar donde ahora encontrarás el templo a que su hijo Teseo regresara de Creta, donde tenía que matar al Minotauro. Teseo le prometió cambiar sus velas negras por unas blancas a su regreso, pero olvidó su promesa y Egeo, creyendo que su hijo había muerto, se tiró al mar.
¿Ya has paseado por Fira pero necesitas saber más de Santorini? No lo dudes y acércate a Oia, porque este bellísimo pueblo te enseñará cuál es la esencia de una de las islas más bellas del Mediterráneo.
En esta bella aldea marinera, también llamada Pano Meria (el lugar de arriba), vas a hacer fotos a mansalva porque es difícil encontrar una panorámica tan espectacular. Por un lado, verás sus bellas casas color pastel que brotan aferradas a la roca del acantilado porque, de hecho, muchas de ellas están excavadas en cuevas. ¿Sabes que allí vivían los marineros de su potente flota comercial a finales del siglo XIX? Y si había marineros, obviamente la ciudad también acogía a los capitanes y comerciantes ricos, aunque éstos preferían vivir en la zona alta de la ciudad, donde aún hoy verás sus lujosas mansiones patricias. A su alrededor, encontrarás bellas iglesias y restos de épocas opulentas, como el mármol en varias calles y plazas.
No sólo es llegar a un destino, sino disfrutar del camino. Por eso, querido viajero, en tu trayecto desde Fira hasta el norte debes estar muy atento a los pequeños pueblos por los que pasarás. No te pierdas Firostefani, también asomado al espectacular acantilado, o Imerovigli, creado como un observatorio para vigilar la posible llegada de piratas.
Si durante tu visita a Atenas te apetece tener una tarde de sol y playa lo tienes muy fácil. Estás en la capital europea con playas más próximas. Basta con que cojas un taxi o un tranvía desde Syntagma que en unos minutos estarás en la Riviera ateniense o Costa de Apolo, una zona de costa de 60 kilómetros hasta el cabo Sunion donde hallarás varias calas para bañarte.
La más próxima es Glyfada, que da nombre a un elitista barrio de la capital. Ten en cuenta que, en esta zona, las mejores playas son privadas, así que si quieres disfrutar de sus ventajas –además de la limpieza, están equipadas con tumbonas, sombrillas y otras comodidades- tendrás que pasar por caja. La más exclusiva es la playa de Astir, con deportes acuáticos, tiendas y restaurantes. Aunque si no quieres rascarte el bolsillo, también hay playas gratuitas en Palio Faliro (Edem), Kavouri y Glyfada, así como en Shinias, Maratón y Vravrona, al norte, aunque más alejadas.
Si quieres vivir una experiencia diferente, puedes acercarte a Limni Vouliagmenis, un lago con parte de agua salada y otra de manantial, con una temperatura que nunca baja de 20 grados centígrados –así que es una buena opción si visitas Atenas en invierno- y que es famoso por sus cualidades terapéuticas. Está junto a un acantilado de espléndidas vistas.
Querido viajero… de vino, no puedes marcharte de Grecia sin probar la retsina. Y si no te convence mucho el vino, quizá también deberías probar este caldo porque puedes estar seguro de que catarás algo único, gracias a una receta que tiene al menos 2000 años de historia y un sabor peculiar e inconfundible.
El nombre de retsina ya te da una pista: es un vino cuyo sabor recuerda a la resina. El origen procede de la costumbre de sellar las ánforas de vino con resina de pino para que el vino no se pusiese malo y, de paso, le diese un sabor y aroma peculiares. La costumbre cambió cuando los romanos empezaron a usar barriles para almacenar el vino en el siglo II, pero el gusto a la resina se había hecho tan popular en Grecia que perduró hasta nuestros días. Es verdad que ahora no es el vino más popular entre los locales, pero lo encontrarás con facilidad en tiendas, supermercados, bares y restaurantes. De hecho, puede ser un recuerdo excelente para traerte de tu viaje. La retsina puede ser blanca o rosada y pega muy bien con comidas de sabores fuertes, sobre todo el marisco.
Ya has probado la retsina y no te convence. O directamente prefieres un vino de otro tipo. No te preocupes porque Grecia te ofrece caldos excelentes con antiguas variedades autóctonas. Entre los blancos destacan el moschofilero, assyrtiko, athiri, roditis, robola y savatiano, y entre los tintos encontrarás el xynomavro, agiorgitiko y kotsifali.
Tan rico como simple. Un tomate que sabe a tomate, un pepino que sabe a pepino o un pescado fresquísimo cocinado en su punto justo. Y muchas veces, a la orilla –literal- del mar. ¿Qué más puedes pedir? Comer en Grecia es un placer de dioses, así que uno de los mejores recuerdos que te puedes traer de tu viaje estará en tu paladar.
La gastronomía helena es claramente mediterránea y apuesta con decisión por el producto local y de temporada. Por nada del mundo te puedes perder una ensalada griega, tan sencilla como deliciosa: tomate, cebolla, pepino, aceitunas, vinagre, hierbas, un aceite de oliva excelente y un queso feta para chuparse los dedos durante días. Para probar el excelente pescado, ten en cuenta que casi todos los restaurantes no ofrecen los precios por plato, sino por kilo de pescado o por pieza. Si tienes dudas y no quieres hacerte un lío, pregúntale al camarero y ya de paso, sabes cuál es el más fresco de todos incluso con una visita a la cocina incluida para verlos. Y en todo caso, no temas, porque si te alejas un poco de los lugares más turísticos, los precios son bastante asequibles.
Seguro que muchas de los productos que encontrarás en la cocina griega te recuerdan bastante a la dieta española. Si ves que hay mezédes, piensa que son como una especie de tapas o aperitivos, que se pueden tomar antes de la comida o a cualquier hora del día en una ouzerí o en un bar.
Descubre el itinerario
- Alojamiento
- Atenas
- Desayuno, Cena
- Kalambaka
- Visita de Delfos
- Visita de Kalambaka
- Desayuno
- Atenas
- Visita de los Monasterios de Meteora
- Desayuno
- Atenas
- Acrópolis con entrada
- Visita panorámica de Atenas
- Desayuno, Almuerzo, Cena
- Mykonos
- Desayuno, almuerzo y cena
- Kusadasi
- Éfeso
- Patmos
- Visita de Éfeso
- Desayuno, almuerzo y cena
- Rodas
- Visita a Lindos
- Desayuno, almuerzo y cena
- Santorini
- Atenas
- Desayuno
- Atenas
Conoce un poco más de Grecia
Uno de los grandes placeres para el viajero amante de la gastronomía será comer pescado o marisco fresco en una taberna a orillas del mar. Basta con escoger el lugar, preguntar al camarero y acompañarlo a la cocina para que te explique qué ha llegado hoy desde el puerto. Y para acompañar, nada mejor que una ensalada griega, con tomates que saben a tomates, pepinos que saben a pepinos y un queso feta para chuparse los dedos. Es habitual que encontremos la opción de consumir varios entrantes –mezédhes- y luego pedir los segundos por peso, no por raciones, porque en Grecia es típico pedir comida para compartir entre toda la mesa. La cocina griega es claramente mediterránea y está basada en los productos de temporada. Entre la carne destaca el cerdo, el cordero y el cabrito, y entre las verduras la berenjena, cuyo cocinado es un arte en Grecia. No hay que perderse el aceite de oliva, el vino y el licor nacional, el ouzo.
Los viajeros amantes de las compras se lo van a pasar bien en Grecia porque el país heleno ofrece una enorme variedad de opciones para desgastar la tarjeta de crédito. En Atenas, además de mercados tradicionales y tiendas de recuerdos, encontrarás tiendas de moda, joyerías y otros tipos de comercios elegantes. Y por todo el país hay artesanía muy variada para escoger. Destaca el trabajo del cuero, como las sandalias, los bolsos o los cinturones. La plata loánina también posee una larga tradición y es un excelente recuerdo. Y para los amantes de los souvenirs gastronómicos, nada mejor que el aceite de oliva, el ouzo, la retsina –vino tradicional con un sabor resinoso-, la miel o las especias.
• 1 de enero: Año Nuevo.
• 6 de enero: Epifanía.
• Miércoles de ceniza: 41 días antes de Semana Santa.
• 25 de marzo: Día de la Independencia.
• Desde el Viernes Santo hasta el Lunes Santo
• 1 de mayo: Día del Trabajo
• Pentecostés: 50 días después de Semana Santa.
• 15 de agosto: Asunción de Nuestra Señora
• 28 de octubre: Celebración Nacional.
• 25 de diciembre: Navidad
• 26 de diciembre
Los cajeros automáticos se encuentran sin problemas por todos los países y aceptan tarjetas de crédito de uso más común (Visa, MasterCard, Maestro, Cirrus, American Express, etc.). También en la mayoría de los establecimientos, restaurantes y hoteles suelen permitir el pago con tarjetas de crédito y débito. En zonas rurales o enclaves especialmente pequeños, es aconsejable disponer de dinero en efectivo. Recuerde que para alquilar un coche se necesita presentar siempre una tarjeta de crédito en vigor.
Para evitar problemas desagradables, lo mejor es apuntar en un papel o en el móvil los teléfonos de las entidades emisoras de tus tarjetas de crédito. Así, si se da el caso de que pierdas o te roben alguna, podrás llamar inmediatamente a tu banco y pedir que la bloqueen.
Tasas
A partir del 1 de enero de 2018, el gobierno griego impondrá una tasa de alojamiento por persona y día que debe ser abonada por los clientes directamente en los hoteles.Divisas
Rige la normativa de la Unión Europea, es decir, es obligatorio hacer una declaración si se entra en Grecia con 10.000 euros o más.