Hotel Villa Rosa

El hotel Villa Rosa es un establecimiento de 2 estrellas situado en el barrio de Cannaregio, en la ciudad de Venecia, Italia. El inmueble es una antigua villa veneciana completamente renovada con 34 habitaciones decoradas con un estilo familiar. El barrio en el que se ubica es uno de los más extensos de la ciudad, pero al mismo tiempo uno de los más tranquilos. Esto, unido a que el edificio tiene un patio interior privado, contribuye a que los huéspedes puedan tener un ambiente sosegado.

La estación de tren de Santa Lucía está a apenas un kilómetro de distancia y se puede llegar a pie. Esta estación está junto al Gran Canal, en el que se sitúan las paradas de los famosos “vaporetti” (el medio de transporte público más típico de la ciudad, embarcaciones que funcionan como autobuses acuáticos). Estas barcazas son un medio excelente para visitar la ciudad, e incluso ofrecen recorridos programados para dar a conocer los lugares de mayor atracción turística (la Basílica de San Marcos, el Puente de Rialto o la isla de Murano).

Además, en caos de viajar con una mascota, el hotel Villa Rosa es ideal, ya que admite la entrada de perros (sin recargo) y si se desea estar siempre conectado, el hotel ofrece su conexión WLAN a Internet de forma gratuita.

En las zonas comunes también existe a disposición de los clientes un salón para ver la televisión, una sala de lectura, una terraza y un hermoso jardín. También disponen de un cuarto para guardar bicicletas, una cafetería y un guardarropa. En caso de necesitarlo, se puede hacer uso del servicio despertador o del servicio de habitaciones.

En las habitaciones el baño hay varios accesorios de higiene personal y secador de pelo. También incluyen caja fuerte para poder guardar las pertenencias de valor, aire acondicionado y televisión con conexión vía satélite.

El hotel Villa Rosa es un establecimiento de 2 estrellas que se encuentra en el número 389 de la calle Cannaregio, en Venecia, Italia. Esta parte de la ciudad es bastante tranquila, lo cual contribuirá a poder disfrutar de un apacible descanso.

Uno de sus principales atractivos de este hotel es su ubicación, ya que está a apenas un kilómetro de la estación de tren de Santa Lucía, el principal medio de entrada a Venecia. Muy cerca de ella se encuentra el Gran Canal, en el cual tienen parada la mayoría de los “vaporetti”, los autobuses acuáticos que recorren la ciudad. Este medio de transporte público es ideal para poder visitar los lugares más interesantes de Venecia y tienen rutas turísticas muy completas.

Desde el hotel Villa Rosa se dispone de un buen punto de partida para recorrer los puntos más emblemáticos de Venecia. Se puede comenzar por los lugares más cercanos, como la iglesia de San Giobbe, el Fondaco dei Turchi (un palacio que fue sede de los comerciantes de origen turco) o el Puente de los Descalzos. Después, es necesario adentrarse en el resto de la ciudad y descubrir las innumerables maravillas que atesora.

El Palacio Ducal es una de las visitas imprescindibles. Se trata de uno de los palacios más hermosos de Europa, con su fachada gótica y su interior clásico hecho con mármol de Verona y decorado con obras de los mejores artistas.

Otra visita interesante es la isla de Burano, con sus casitas pintadas de colores. Y cerca de ella también se deben visitar las islas de Murano y Torcello.

La Plaza de San Marcos

Es quizás el lugar más conocido de Venecia y “el salón más bello de Europa” según Napoleón. Aquí se ubican algunos de los edificios más importantes de Venecia, como el Palacio Ducal o la Basílica de San Marcos, la Torre del Reloj o el Campanile.

El antiguo gueto judío

Muy cerca del hotel se tiene acceso al antiguo gueto judío, que se creó en el siglo XVI y que hoy se divide en dos zonas, el Gueto Viejo y el Gueto Nuevo. El Campo del Gueto Nuevo es la plaza central, con una estética propia y muy atractiva. Aquí se respira una tranquilidad notablemente mayor que en el resto de Venecia, unas calles estrechas y edificios más altos. Hoy en día ya viven aquí personas de todas las religiones, pero se mantiene la estética de siglos pasados y sus dos sinagogas siguen haciendo oficios religiosos.