En su arquitectura tradicional, la Posada se presenta conservando todo el sabor de las antiguas formas, integrada perfectamente en su entorno, pero aportando a la vez las comodidades del presente. Una vez dentro, su cuidada decoración interior y la calidez de sus ambientes, unido a la calidad de su cocina y el compromiso de mejorar permanentemente su servicio, garantizan una estancia confortable.
La Posada se encuantra al dejar atrás la Plaza Mayor, ya en la ciudad amurallada. Si afronta la aventura y la magia de esas calles y plazoletas, iglesias y palacios que el tiempo ha detenido, oirá resonar tras sus pasos el pulso de la Historia.
Déjese sorprender por una amplia variedad de platos representativos de la mejor tradición mediterránea: los productos de la tierra y una nutrida gama de especialidades harán que su paladar agradezca el empeño constante por sorprender y renovar los secretos de la mejor tradición culinaria extremeña. Todo ello en una inmejorable calidad.
