El hotel Vista Alegre de Bilbao es uno de los mejores ejemplos de cómo un hotel tradicional sigue teniendo la clientela suficiente como para seguir adelante. Su ubicación, idónea, está a medio camino entre el centro histórico y la nueva ciudad. Esta circunstancia permite conocer los encantos de la localidad de forma sencilla y dando un paseo.
El establecimiento mantiene su diseño y la manera de atender a cada cliente que le ha ayudado a convertirse en un referente en Bilbao. Es un espacio adecuado tanto para las familias, o parejas, que quieren hacer turismo como para los profesionales que necesitan trabajar en esta localidad.
El clasicismo no ha de confundirse con la antigüedad. El hotel renueva sus instalaciones, pero siempre sin alterar las señas de identidad que le caracterizan. Es, por lo tanto, una especie de viaje al pasado, pero contando con el apoyo de la modernidad en todo momento. Tan curiosa combinación sorprende al cliente y le invita a volver.
El Vista Alegre es, por su cercanía a la plaza de toros, uno de los puntos clave de la ciudad durante la celebración de la Semana Grande. Un trato personalizado, un continuo esfuerzo por parte de los trabajadores por agradar a cada huésped, la usabilidad de cada estancia del hotel y un ambiente tan acogedor como adecuado son los aspectos mejor valorados por parte de los clientes que ya se han hospedado en el hotel.
La suma de estos factores es fundamental para que tengas en cuenta esta opción si tienes pensado viajar a Bilbao en breve. Conseguirás descansar correctamente, disfrutar del ambiente de la ciudad y lograr que tu estancia sea recordada durante un largo tiempo. Los trabajadores del hotel harán todo lo posible porque así sea y porque durante tus días como huésped no te falta de nada.