Visitamos con los ojos bien abiertos los pueblos más bonitos y variopintos de la bella región francesa de Midi-Pyrénées: Saint-Cirq-Lapopie, Loubressac, Autoire, Cardaillac y Carennac.
Saint-Cirq-Lapopie
Debemos pasar un día completo en este pequeño pueblo donde sobresalen su conjunto gótico y sus edificaciones construidas todas en tres materiales: teja de Lot, que se elabora a partir de una arcilla de la zona de color rojo, piedra calcárea en tonos marfil que se emplea para crear las paredes y madera de roble, de la que está hechas las puertas y ventanas de esta localidad francesa.
Loubressac
Otro de los pueblos más bellos de esta región francesa es Loubressac desde donde se obtienen unas asombrosas vistas del Dordoña, el Cère y la Bave. Situado a pocos minutos de la garganta de Padirac, que cuenta con un río subterráneo a 103 metros, esta ciudad medieval está llena de viviendas con bellos balcones y escaleras decoradas con flores. Sus principales atractivos son una puerta fortificada que da acceso a sus sinuosas callejuelas flanqueadas por casas medievales, un castillo solariego del siglo XV y la iglesia de San Juan Bautista, que custodia en su interior un pórtico de origen románico y una capilla del siglo XIII.
Autoire
Gracias a su privilegiada situación, en medio de un circo de acantilados, se ha considerado uno de los pueblos más bellos de Francia. Paseando por sus calles os toparéis con numerosos torreones, fachadas trabajadas e hidalguías, a las que antiguamente acudían los nobles de Saint Céré a pasar la noche. Sus casas, pintadas de blanco y con techos de tejas marrones, fueron acorraladas por los ingleses durante la guerra de los Cien Años.
Cardaillac
Otro de los atractivos de esta ruta es el pueblo de Cardaillac que originariamente pertenecía a la familia de la que toma el nombre. Los principales sitios de interés de este fuerte medieval son la fábrica de zuecos, el secador de castañas, la escuela o el molino de aceite de nuez. Además no os tenéis que ir de esta localidad, ubicada a sólo diez kilómetros de Figeac, sin visitar el barrio del fuerte que alberga tres torres, Redonda, Sagnes y la torre del Campanario.
Carennac
El último sitio de interés de este recorrido por el valle del Lot es la aldea de Carennac que se erigió en el siglo XI, aunque existen algunos datos de que aquí hubo asentamientos durante el neolítico. De gran interés son sus casas, levantadas con roca calcárea de la zona y que albergan en su interior fortificaciones que conservan perfectamente su estructura medieval, y la iglesia de San Pedro con su campana del siglo XII y su claustro de estilo románico y gótico.
Midi-Pyrénées, la región más bella de Francia
Bien distinta a cualquier región francesa, ya sea por la hospitalidad y cordialidad de sus habitantes, a Midi-Pyrénées no le faltan los atractivos. Es grandiosa con sus 8 departamentos y sus cuatro Parques naturales regionales además del Parque nacional de los Pirineos que alberga el ineludible Circo de Gavarnie. El Pic del Midi que culmina a 2.877 metros de altitud, le ofrecerá un panorama excepcional a la cadena de los Pirineos. Es apasionada y aprovecha cualquier ocasión para expresar su sentido de la fiesta, tal como lo demuestran festivales como el Festival de Río Loco en su capital Toulouse, el Festival de Jazz in Marciac o cualquier partido de rugby.
Es una tierra donde expresar su libertad, tanto en los senderos que recorren la región como en las pistas de esquí, en las aguas bravas de sus ríos, o durante un crucero por las vías navegables de los ríos Baïse, Lot, Garona, las gargantas del Tarn, y por el famoso Canal del Midi, edificado por Pierre Paul Riquet en el siglo XVII y Patrimonio de la UNESCO.
Tierra de leyendas, Midi-Pyrénées tiene mucho para contar sobre las orígenes del Hombre en sus cuevas de arte parietal como la de Niaux o de Pech Merle; sobre los misteriosos Cátaros (no se puede perder el castillo de Montségur o el pueblo de Cordes-sur-Ciel); sobre artistas célebres a imagen y semejanza de la ciudad de Albi que vio nacer a Toulouse-Lautrec; sobre increíbles milagros en la ciudad de Lourdes; sobre bonitos pueblos clasificados como unos de los más bellos de Francia, como Rocamadour o Saint-Cirq Lapopie, agarrados a acantilados; sobre arte romano en abadías y monasterios como en Moissac y en Conques o sobre productos y artesanía regionales como el queso Roquefort, los vinos de Cahors, los famosos cuchillos de Laguiole o el pastel.
Es visionaria y así lo demuestran obras como la del Viaducto más alto del mundo en Millau y los desafíos tanto aeronáuticos como espaciales en la fábrica Airbus o en la Ciudad del espacio de Toulouse, su vibrante capital… ¡Y para su bienestar, encontrará en Midi-Pyrénées centros termales o termolúdicos donde cargar pilas como en Luchon o en Bagnères-de-Bigorre!