En el norte de Escocia, en la zona de Speyside, se elaboran 7 de los 10 whiskys más vendidos del mundo
Entre los muchos productos que podemos relacionar con Escocia, está el whisky, palabra que en gaélico significa “agua de la vida” y que se pronuncia “ushga beha”. Y es que esta bebida alcohólica lleva muchos años entre los escoceses, aunque se dice que fue inventada por los monjes irlandeses en el siglo XV e implantada en el momento de la evangelización.
El whisky escocés, denominación legal que únicamente puede recibir el whisky elaborado y madurado en estas tierras, es una bebida alcohólica originada a partir de la destilación de la malta fermentada. La mayoría de las destilerías escocesas destilan hasta tres veces el whisky y mantienen el líquido como mínimo tres años en barrica de roble para conseguir un whisky de excelente calidad.
Las cinco regiones escocesas productoras de whisky (Lowland, Cambeltown, Islay, Highland e Islands), aúnan más de 60 destilerías, cada una con sus propias características, aunque las más exclusivas están el valle del río Spey.