Si eres de los que evitan las multitudes, en la maravillosa isla Lord Howe sólo se permite la visita de 400 personas a la vez
No hace falta que te molestes en encender el móvil cuando aterrice tu vuelo, no hay cobertura en Lord Howe, la pequeña isla del océano Pacífico que puede presumir de ser uno de los últimos hallazgos naturales de nuestro planeta. A menos de dos horas en avión desde Sídney (Australia) te espera este paraíso natural ubicado en el mar de Tasmania, donde no verás tendidos eléctricos ni edificios altos en ni uno sólo de los apacibles rincones que componen este lugar de 11 kilómetros de largo y 2’8 de ancho. Pero te aseguramos que no los vas a echar de menos durante tu estancia aquí.
Se descubrió en 1778, pero no fue hasta 1974 cuando tuvo conexión aérea. Hoy en día, la isla, a la que se denomina “el último paraíso”, es un destino ideal tanto si viajas con familia como si acudes a ella en plan escapada romántica, debido a su inigualable entorno y a la gran diversidad de actividades que te ofrece este lugar. Te proponemos pasear por sus playas de arena blanca y lagunas de color agua marina, el lugar perfecto en el que disfrutar de un picnic relajado. También puedes practicar snorkel en el arrecife de coral más meridional del mundo, con la agradable compañía de todo tipo de peces de un sinfín de colores.
Si te sientes capaz, atrévete con la excursión por los palmerales que te permitirá acceder a la cima del monte Gower, pero ten en cuenta que estamos hablando de una ruta de escalada de ocho o diez horas para la que necesitarás cuerdas. Con 875 metros, el monte Gower es el más alto de la isla, pero sin duda vale la pena subir hasta él, ya que desde allí podrás admirar unas impresionantes vistas panorámicas del paisaje de aguas cristalinas que te rodea. Además de estos atractivos naturales incomparables, Lord Howe ofrece una gran variedad de actividades al aire libre, como rutas en bicicleta por caminos pintorescos, golf, pista de tenis, y también es un lugar con excelentes condiciones para la práctica del kitesurf y el windsurf, especialmente en Blinky Beach.
Aunque si eres de los que prefieren actividades más tranquilas, no te preocupes, también encontrarás una gran variedad en la isla de Lord Howe. Por ejemplo, es el destino favorito de los turistas que visitan Australia para observar pájaros, ya que en el lugar habitan más de 130 especies de aves y muchas de ellas no temen a los turistas. Hay guías locales en la isla que te proporcionarán toda la información que necesites sobre cada especie y dónde puedes encontrarla.
Lord Howe también es uno de los destinos preferidos por los pescadores debido a la diversidad de especies que nadan bajo sus aguas. Existen más de diez barcos de pesca a los que podrás acceder desde la isla y en los que se te suministrará todo el material que necesites, pero si lo deseas, podrás practicar esta actividad desde las playas, el embarcadero o las distintas plataformas de pesca repartidas por toda la isla. Cuando la marea está baja, se puede dar de comer a los peces en la playa de Ned’s Beach, lo que entretiene y divierte a los más pequeños.
Las aguas cristalinas y la abundante vida marina del lugar, atraen a buzos desde cualquier país. Dicen que es el océano más limpio y claro del mundo, y que nadar en él es como hacerlo en un acuario. Sus arrecifes de coral están entre los más espectaculares del planeta, y su ecosistema marino alberga una mezcla de especies tropicales, subtropicales y templadas que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta: existen más de 90 especies de coral y 500 de peces que habitan en los arrecifes de la isla.
Su espacio marítimo está fuertemente protegido gracias a los parques marítimos de Lord Howe Island Marine Park. Y es que con sólo 300 habitantes (muy afortunados) esta pequeña área de tierra “perdida” en el océano Pacífico está considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por eso no es de extrañar que el acceso en automóvil esté muy limitado, y además no te permitirán sobrepasar los 25km/hora en ningún lugar de la isla. De hecho, para moverte por allí las bicicletas son la opción más recomendable, aunque siempre puedes ir caminando de un sitio a otro.