Si lo tuyo son las actividades en la naturaleza (Selva Negra, Alpes Alemanes…), o al aire libre, en Alemania encontrarás actividades para todos los gustos.
Explorar de arriba abajo los Alpes Bávaros
Este pedacito de Alemania es un maravilloso escenario natural que se puede recorrer de punta a punta. Aunque quienes acaparan prácticamente todos los flashes del Parque Nacional de Berchtesgaden son los lagos Obersee y Königssee, de color esmeralda y aguas tranquilas, donde podrás darte un chapuzón o atravesarlos en un ferry eléctrico que conduce hasta la iglesia de San Bartolomé, erigida en el siglo XII.
Enmarcado por gigantescas paredes rocosas y precipicios de vértigo, a los pies de este parque se encuentra Obersalzberg, el lugar de retiro de Hitler antes de su llegada al poder. Años más tarde la mayoría de los edificios acabarían destruidos por un ataque aéreo de los aliados.
Tomarte una cervecita en Hofbrauhau
Sabes de sobra que no puedes irte de Múnich sin probar la refrescante cerveza que en muchos establecimientos se elabora desde el siglo XVI. Pero, ¿sabrías que sitio elegir? Una de las mejores cervecerías es la Hofbrauhau, una antigua cervecería situada en el cruce de las calles Platzl y Bräuhausstrase. Quizás hoy es más difícil coger sitio en este enorme local de varias plantas y largas mesas de madera donde siempre hay una banda amenizando el ambiente con canciones folclóricas y gritos de ánimos a los bebedores.
Otra de las cervecerías ineludibles en Múnich es la que se ha abierto en el número 11 de la Marienplatz. Sus propietarios han apostado por ofrecer, además de cerveza, las típicas salchichas y el codillo alemán.
Tirarte por los toboganes de la Selva Negra
La Selva Negra es el escenario ideal para disfrutar de la naturaleza en familia. Prueba de ello son los Rodelbahn o toboganes de montaña que se han instalado en diferentes puntos de este maravilloso paraje alemán. Esta especie de trineos van por raíles y permiten controlar la velocidad alcanzada gracias a dos palancas que posibilitan que se activen los frenos.
Uno de ellos se encuentra en Mehliskopf, próximo al lago Mummerlsee, en el norte de la Selva Negra. La bajada es de más de 1 kilómetro y se llega a alcanzar los 40km/h. El de Gutah, en pleno centro de la Selva Negra, es bastante accesible ya que está a escasos 900 metros del Museo al Aire Libre de la Selva Negra. Este circuito de casi 1.200 metros cuenta con descensos de vértigo, curvas cerradas y túneles divertídisimos.
Si te adentras en la parte más al sur de la Selva Negra te encontrarás con el tobogán de casi 3 kilómetros situado en las afueras del pueblecito de Todtnau. Esta espectacular montaña rusa está en la cima de Hasenhorn y para tirarte por ella debes subir en un telesilla de dos plazas que tarda unos 10 minutos en subir a la estación en la que se encuentran los trineos.
Los Rodelbahn normalmente están abiertos desde principios de abril hasta finales de octubre o fin de las vacaciones de otoño de la región de Baden-Württemberg. En temporada alta (desde mayo hasta mediados de septiembre) el horario es de 10:00 a 16:45 horas y en la temporada baja 10:00 – 16:00 horas. En invierno abren dependiendo de la climatología. El precio de ticket cuesta a partir de 5 euros.
Subir al Zugspitze
Alemania tiene de todo: espectaculares ciudades, playas urbanas, una cuidada gastronomía, inmensos valles y cimas, como Zugspitze, que alcanza los 2.962 metros sobre el nivel del mar y que además se puede ascender cómodamente. Mitad alemana, mitad austriaca, la cumbre más alta de Alemania se puede subir en un tren de cremallera que sale de Garmisch-Partenkirchen y que llega hasta los 2.650 metros.
Esta magna obra de ingeniería se abrió en 1930 y cubre un trayecto de 19 km con un impresionante tramo final compuesto por un túnel de 4,5 kilómetros que arriba hasta el Zugspitzplatt plateau a 2.588 metros de altura. Luego hay que tomar un teleférico que deja en la cima donde se divisan una espectaculares panorámicas de los Alpes. El viaje a la cima dura una hora.
Con cincuenta años ya cumplidos, el teleférico de Eibsee se construyó como alternativa al tren cremallera ya que la ruta de 4 kilómetros se realiza en tan solo 10 minutos y pueden subir a la vez hasta 44 personas. Este teleférico arranca en Eibsee, situado a 970 metros de altura, y asciende verticalmente casi 2.000 metros hasta la estación del teleférico en el Zugspitze.
También se puede ascender hasta la cima a pie, eso sí, necesitará algo más de un día. Según dicen, normalmente se tarda en alcanzar Zugspitze unas 6 horas, de ahí que se hayan construido cabañas a medio camino para pasar la noche. Aún así, es una ruta que solo se recomienda a expertos senderistas ya que en algunos tramos la ascensión es bastante vertical y se debe realizar con escaleras o cables metálicos.
Tocar el cielo de Berlín
Quizás Berlín cuente con un mirador para cada momento del día. Para ver como amanece puedes ir a la Torre de la Televisión (o Berliner Fernsehturm). Abierta el 3 de octubre de 1969, unos días antes del 20º aniversario de la República Democrática Alemana, este icono de la capital alemana mide 368 metros de altura, aunque la plataforma panorámica está unos metros más abajo, exactamente a 200 metros de altura.
A mediodía puedes ir a la cafetería Skyline TU, ubicada en el piso 20 del rascacielos de telecomunicaciones de la Ernst-Reuter-Platz. Los trabajos de construcción de este gigantesco edificio de 22 pisos y 80 metros de alto finalizaron en el año 1960, pero no sería hasta octubre de 2007 cuando los locales y turistas pudieron disfrutar de las panorámicas que se divisan desde este rascacielos alemán.
La torre Kollhoff, debido a su privilegiada situación, al este de la Puerta de Brandemburgo, la Catedral y Gendarmenmarkt, al oeste de la Cancillería el Palacio Bellevue y la Iglesia Memorial, es el mirador perfecto para observar como anochece. Este magnífico edificio, en Potsdamer Platz, cuenta con 25 pisos que alcanzan los 100 metros de altura. El mirador se finalizó en el año 1999.
La última opción que queda para disfrutar de Berlín desde las alturas, pero no por ello menos atractiva, es la cúpula del Reichstag, situada a 23 metros, diseñada por el arquitecto Norman Foster.