Elegir el material adecuado para nuestro objetivo y corregir nuestros movimientos hasta automatizarlos, son algunas de las claves principales para mejorar nuestro nivel como esquiadores.
Durante la temporada de nieve recuerdas que al menos desde el mes de abril tus esquís están guardados en el trastero. También recuerdas que en tus últimos descensos fuiste capaz de bajar con gran soltura, e incluso te atrevías a probar con aquellas pistas de alta dificultad.
Sin embargo, 8 meses después, parte de esta práctica se ha esfumado, y al menos los primeros descensos tendrán que estar destinados a recobrar la confianza tanto con nuestro material, como con la pista por la cual estemos descendiendo. También tener claro nuestro objetivo es muy importante, ya que si existe la intención de seguir mejorando nuestro nivel como esquiadores, quizás sea el momento de elegir un material que nos facilite llevar a cabo este progreso.
Como vimos en los consejos para esquiadores principiantes, los esquís llamados “Pin Tail” nos ofrecen una gran estabilidad y confort, pero a la hora de hacer descensos rápidos, los “Pin Tail” responderán con gran lentitud a nuestros movimientos. Por lo tanto, el esquiador experto suele elegir el esquí “Free ride”, que son unos esquís más anchos de espátula, patín y cola. Dentro de los esquís “Free ride” existen varios subtipos, aunque el más usado y recomendado es el “Carving polivalente”, que además de permitirnos descender y girar a gran velocidad, también cuenta con un alto grado de estabilidad.
Una vez que tenemos nuestro nuevo material llega la hora de probarlo y para ello es fundamental elegir un día en el que las condiciones meteorológicas sean buenas, ya que si además de tener unos esquís que no conocemos, también tenemos viento, o mala visibilidad, la experiencia puede no ser muy satisfactoria. Además si es posible, también es recomendable elegir una pista en la que no haya gran cantidad de esquiadores, puesto que así no tendremos que preocuparnos en sortear a la gente y podremos centrar al máximo en conocer nuestro nuevo material y sacar de él todo el rendimiento posible.
Si nuestro presupuesto lo permite, contratar un profesor de esquí es una de las maneras más fáciles de progresar en nuestro nivel. Actualmente, con el uso de las nuevas tecnologías, el profesor grabará nuestro descenso y posteriormente lo visualizará junto a nosotros para poder corregir nuestra posición en el descenso y sobre todo para mejorar nuestra coordinación, que suele ser el mayor problema de todos los esquiadores cuando comienzan a descender a una cierta velocidad. Una vez que hayamos realizado nuestras correcciones, la clave del éxito está en realizar una y otra vez el descenso, hasta que hayamos automatizado nuestros nuevos movimientos y consigamos hacerlos de manera natural.