Construido en 1975, el complejo turístico Castillo Santa Clara es uno de los referentes de Torremolinos. Sus siete plantas albergan 360 habitaciones, de las cuales 80 son apartamentos. Así, cada huésped puede elegir la mejor manera de pasar sus vacaciones según sus necesidades particulares.
Antes de convertirse en el primer Gran Hotel de la zona, el Castillo de Santa Clara fue concebido en 1763 como una fortificación, cuyo objetivo era defender un espacio tan estratégico como la Bahía de Málaga. Unos cien años después, George Langworthy, al que debe su nombre el paseo en el que se instala, se convirtió en su propietario. Según cuenta la leyenda desde allí repartía monedas entre ancianos sin recursos que se acercaban a sus puertas. Tras la Gran Depresión, en la que las finanzas de Langworthy se vieron seriamente resentidas, se decidió a crear un hotel. Al principio fue punto de reunión de liberales británicos que llegaban a las costas andaluzas a disfrutar del clima cálido. Hoy por hoy, lo disfrutan miles de familias a lo largo de todo el año.
Entre las construcciones ubicadas allí está este hotel con apartamentos. Los clientes pueden disfrutar de todas las comodidades de lo que antes era un hotel de lujo, ahora reconvertido en estancias acogedoras para las familias.
Cada uno de los estudios cuentan con dormitorio independiente, así como una sala de estar que incluye un sofá cama. Su capacidad máxima es de cuatro personas. También cuentan con baño con ducha en el que se ofrecen las amenities necesarias para la higiene diaria. En la cocina se encuentran electrodomésticos, entre los que destacan la nevera o la lavadora.
Además, los huéspedes disfrutan también de zonas comunes, tales como una piscina exterior o los cuidados jardines con los que cuentan en la urbanización. El acceso a la playa es muy sencillo, a solo un minuto de la entrada.