Hotel Majestic Plaza

El Majestic Plaza es un hotel de la ciudad de Praga que hace honor a su nombre. Sus 190 habitaciones se encuentran en un edificio histórico en el que la majestuosidad y la decoración forman parte de un conjunto indivisible. Desde el impresionante hall de entrada a las habitaciones, pasando por todas las dependencias, el viajero siente que está hospedado en un palacio en el que no falta ningún tipo de servicio.

Pero el respeto por lo arquitectónico no es óbice para que cada habitación esté decorada de forma moderna y cuente con todo lo necesario para garantizar tu descanso. Es en el salón comedor y en recepción cuando la inmensidad afecta de forma más directa al huésped, que comprende que la relación entre precio y calidad es más acertada.

El hotel, una institución en la ciudad, es el favorito de parejas y profesionales que tienen que trabajar en el centro histórico. Su salón de reuniones, con capacidad para 70 personas, ha servido para convertirlo en uno de los más escogidos por parte de empresas de toda Europa para celebrar juntas, presentaciones de productos y similares.

El 83% de los viajeros que se han hospedado en el Majestic Plaza califican su estancia de excelente. Aspectos como la ubicación, la limpieza y la comodidad son los más destacados. La amabilidad del personal es otro de los motivos para entender el éxito del establecimiento. Cualquier tipo de necesidad que puedas tener será cubierta de forma profesional e inmediata. 

Si Praga está entre tus próximos destinos, no dejes de leer el resto de características de este gran hotel. Cuando conozcas su oferta completa será cuando puedas decidir si el establecimiento está, o no, a la altura de tus exigencias. A buen seguro, te convertirás en otro cliente fiel de un negocio hotelero único en la ciudad.

El Majestic Plaza está ubicado en la calle Št?pánská 33 de Praga. Su localización es magnífica para recorrer el centro de la ciudad y las zonas más interesantes desde el punto de vista turístico. A 300 metros hay una parada de tranvía que permite el acceso inmediato a donde desees.

Praga ofrece tanto historia como modernidad. Su ópera, sus teatros de títeres y la parte más actual de la urbe forman un contraste que merece la pena ser visitado. A destacar, aparte de los dos puntos abajo glosados, áreas como el casco viejo- con su reloj astronómico como punto de referencia-, la plaza Wenceslao y los diversos museos que hay por la ciudad. En las cercanías también se encuentran ciudades de alto interés, como Karlovy Vary, y distintos monumentos de la época medieval que merecen toda tu atención.

El barrio de ?Mala Strana

Desde el Majestic Plaza podrás llegar fácilmente, en tranvía, a tan precioso barrio. En sus calles se nota cómo el arte y la música son dos aspectos muy importantes que impregnan cada espacio. Se aconseja cruzarlo siempre en dirección ascendente para visitar el complejo arquitectónico que lo corona.

El castillo, el palacio real- hoy en día residencia oficial del presidente de la república checa-, la catedral de San Vito y el callejón del oro forman un todo indivisible de obligada visita. Dedícale una mañana entera a deleitarte con las múltiples joyas que encontrarás a tu paso. 

A tu salida podrás volver a pasear por el barrio, visitar sus tiendas y sentarte en alguno de los restaurantes para comer como un oriundo y sentir la esencia de la ciudad. Tras tu descanso, dirígete al punto que ahora te exponemos.

El Puente de Carlos

Se encuentra en la parte baja del antedicho barrio. Fue encargado por Carlos IV en el siglo XIV y no deja de ser la mejor bienvenida a la parte más vetusta de la urbe. Sus más de 500 metros de largo son un paseo por la historia. Treinta estatuas religiosas decoran sendos lados del puente. En tu recorrido encontrarás distintos tenderetes con cuadros, artesanía y productos similares. No faltará el músico ambulante para amenizarte tu paseo.

Se recomienda pararse justo en el centro del puente. Desde ahí podrás contemplar Mala Strana y la magnífica torre, de estilo gótico, que hace las veces de pórtico de entrada en la ciudad. Contempla las aguas del Moldava y cómo la parte vieja te va llamando para que la recorras.