Inaugurado en 2004, este mágico resort de cinco estrellas se configura como un pequeño pueblo señorial abierto al Atlántico con espacios elegantes que sumergen al visitante en la cultura y las tradiciones de un archipiélago apetecible durante todo el año por su clima, su gente y sus parajes naturales.
De categoría 5 estrellas y 56.340 m2 de superficie, refleja en su construcción los rasgos más característicos de la arquitectura tradicional canaria y presenta una estructura similar a la de un
acogedor pueblo de la isla, con una plaza central, jardines y encantadoras casas señoriales con balcones colgantes de madera.
Una majestuosa recepción da la bienvenida al llegar. Se trata de una fiel adaptación de una de las iglesias más antiguas de Gran Canaria, concretamente de una iglesia de estilo neoclásico, con dos torres principales, un campanario y una espectacular bóveda. Una vez dentro del hotel, destaca la plaza central, adoquinada con piedra
de cantería y rodeada de joyas arquitectónicas propias de las Islas.
Ahí se desarrolla la actividad de ocio a través de sus coquetas terrazas, fuentes, verdes jardines, y refrescantes piscinas, con el mar siempre presente.
Los amplios jardines del hotel contienen una gran variedad de plantas subtropicales y autóctonas, y albergan la magnífica zona de piscinas. Ésta se compone de 5 piscinas (una de ellas de agua salada y 3 climatizables en invierno), 3 piscinas de hidromasaje, una piscina para niños (climatizable en invierno), una playa artificial y varias terrazas con hamacas y sombrillas.