Nadia se ubica en el mismísimo corazón de Ámsterdam, en la calle Raadhuisstraat, en un edificio de arquitectura típica de la capital. Esta construcción se encuentra muy cerca de la famosa plaza Dam, y a pocos metros de la casa de la escritora Ana Frank. Desde este lugar podemos acercarnos a casi cualquier lugar de la ciudad a pie, o con alguno de los tranvías que circulan alrededor.
Este pequeño y cuidado negocio familiar, con 52 habitaciones completamente equipadas, es un punto de partida ideal para la exploración de la localidad de los canales, ofreciendo reposo a las personas que quieren disfrutar de un lugar sumamente céntrico y único.
La recepción del sitio se encuentra en el primer piso, siendo la planta baja ocupada por diversas tiendas y locales. Por la forma de estructurarse de la capital holandesa, los interiores son más reducidos que en otros lugares del país, lo que ha obligado a sacar el mejor rendimiento del espacio en todo el edificio. Es un establecimiento pequeño, pero tratado y cuidado con mucho cariño por sus propietarios, famosos por su hospitalidad y profesionalidad.
Es importante recordar que para llegar a la recepción (abierta las 24 horas del día) y a las habitaciones hay que subir unas escaleras más empinadas de lo normal, por lo que se recomienda a los huéspedes que tengan este detalle en cuenta. Sin embargo, el personal subirá y bajará tus maletas sin ningún costo adicional.
La decoración de Nadia es típica de los Países Bajos e incluye un pequeño jardín y muchas flores. La sala del desayuno es también muy acogedora, con vistas al canal y a las bulliciosas calles de la ciudad. La decoración verde y floral del hotel refresca los interiores, y combina perfectamente con el estilo clásico de este acogedor y cálido establecimiento.