Hotel Gran Hotel Torre Catalunya

El Gran Hotel Torre Catalunya te da la bienvenida a tu llegada a Barcelona. Visitar esta capital cosmopolita es toda una aventura. Sobre todo, al instalarte en este hotel, cuentas con todos los servicios que te puedas imaginar. Tienes una recepción abierta las 24 horas, para que no te tengas que preocupar cada vez que sales por la ciudad.

Si buscas un centro para los negocios o la realización de convenciones, estás en el lugar indicado. No solo tiene distintas salas para estos fines, sino que además puedes contar con una sala de teatro, donde exponer diversos programas.

El hotel está perfectamente comunicado con el resto de la ciudad y toda Cataluña. La estación de metro Sants-Estació está a pocos pasos de la entrada. La estación ferroviaria también se sitúa cercana, dándote la opción de moverte a largas distancias. Aunque, si lo prefieres, puedes disponer de taxis, para un desplazamiento más tranquilo.

Toda reunión de negocios suele culminar con una comida que puedes realizar en su restaurante. Puedes pedir a la carta y disfrutar de un local perfectamente climatizado. También tiene un bar y cafetería, donde alargar la velada. Opta por el desayuno buffet para comenzar bien el día y ganar energía para todas las actividades que prepares en Barcelona.

Si tienes coche, aparcar en la ciudad no es sencillo, por eso tienes la oportunidad de usar el aparcamiento dirigido a los clientes. Si quieres un descanso después de una jornada dura, puedes darte un baño en las piscinas o visitar el solárium dentro de las instalaciones.

Para que no encuentres ningún inconveniente, el Gran Hotel Torre Catalunya tiene accesos adaptados para personas con diversidad funcional. Podrás llevar al día tu trabajo y el contacto con tu familia o amigos mediante la conexión de Internet y su acceso por WIFI.

El Gran Hotel Torre Catalunya está ubicado en la avenida de Roma, 2-4, en la ciudad de Barcelona. Justo al lado de la Estación de Sants, las oportunidades de moverte por esta hermosa población son enormes. Sus monumentos y playas completan el atractivo de esta capital con fuerte arraigo a la cultura.

Barcelona es una ciudad donde confluyen culturas de las diferentes civilizaciones. Restos romanos y monumentos medievales la hacen sublime. Del mismo modo, su diseño moderno la convierte en cosmopolita, sobre todo después de haber albergado los Juegos Olímpicos de 1992. Aún debes visitar su memorable Estadio Olímpico.

Parque Güell

Este conjunto arquitectónico, diseñado por Antoni Gaudí, es una de las joyas de la Ciudad Condal. Visitado cada año por miles de turistas, no deja indiferente a nadie.

Dentro de él encuentras los pabellones, adornados por estructuras de la naturaleza. También encuentras la famosa escalinata, que lleva a la sala hipóstila. Son tres fuentes las que enfocan el centro de atención del visitante. La más famosa es la que presenta el dragón o la salamandra.

La sala hipóstila, o de las cien columnas, es una maravilla arquitectónica que, aunque no consiguió el fin que su autor buscaba -ser mercado de un barrio residencial- no deja de sorprender por su belleza.

La plaza de la Naturaleza es el centro del parque. Debía ser zona cultural, según destinaba Gaudí, a modo de teatro romano. Todavía se aprecia la estructura de lo que fue una cueva natural, simulando un anfiteatro.

En la Casa-Museo Gaudí se halla la reconstruida habitación del arquitecto catalán, donde residió hasta el momento de su muerte.

Templo Expiatorio de la Sagrada Familia

No puedes irte de Barcelona sin visitar otro de sus símbolos característicos: la Sagrada Familia, también obra de Antoni Gaudí, que la dejó inacabada.

Por toda la fachada que forma esta aplaudida basílica católica, se admiran las diferentes visiones bíblicas a modo de esculturas, representaciones que pretenden acoger en forma de expiación a todo aquel que busca acercarse a la fe. Los entendidos en arte y el público en general han sabido apreciar la calidad de esta obra inmensa.

En su interior encuentras el museo, que cuenta la historia de la aún inacabada construcción. Fotografías y archivos te acercan a principios del siglo XX, marcando el avance conseguido del templo, hasta la época actual.