Hotel Terramar Calella Hotel

El Terramar Calella Hotel se encuentra en la villa del mismo nombre y capital turística de la Costa de Barcelona Maresme, quizá no tan conocida como la Brava o la Dorada pero en la cual se hallan algunas de las playas más bonitas de Cataluña. Si te hospedas en él, estarás tan solo a cien metros de la playa y a poca más distancia del centro de Calella.

Es un sencillo y funcional establecimiento pensado especialmente para disfrutar de unas vacaciones en familia, aunque, naturalmente, también puedes ir en pareja o de manera individual. Tiene categoría de tres estrellas y cuenta con 210 habitaciones. Todas ellas te ofrecen balcón, unas con vistas al mar y otras al bullicioso ambiente de la localidad. Son, por tanto, luminosas y perfectas para descansar de la playa o de tus visitas turísticas.

Igualmente, todas tienen baño completo con secador para el pelo, calefacción para el invierno, teléfono, televisión vía satélite, conexión wifi a Internet e incluso caja de seguridad. Las hay de cuatro categorías: doble normal, doble con cama supletoria, doble "Premium" (consta de pantalla LED y minibar con cargo por consumición) y "Junior Suite". Esta última es una confortable estancia que tiene, además de todo lo anterior, zona de salón con sofás.

En cuanto a las ofertas del Terramar Calella Hotel, tienes sus llamados "cheques regalo", que, como su propio nombre indica, son un presente para otra persona y que consisten en dos noches de alojamiento con desayuno. A ello se añaden cuatro tipos de experiencias durante la estancia: "Mar y Relax", "Historia y Cultura", "Senderismo" y "Gastronomía".

Tan solo tienes que contratarlo y los responsables del establecimiento lo hacen llegar a la persona agasajada por correo. Si lo deseas, puedes pedir información en el propio hotel o a través de su página web.

El Terramar Calella Hotel se encuentra en la calle Diputació, número 50, de la localidad de Calella, en plena Costa del Maresme. Es un municipio de casi 20.000 habitantes que se halla a 25 kilómetros de Mataró, capital de la comarca, y a casi sesenta de Barcelona. El eje vertebrador de Calella es el Paseo Marítimo, que une la playa con la zona del faro y en el cual encontrarás numerosos bares con terraza y comercios. Precisamente, esta edificación marinera, hoy convertida en centro de interpretación, se ha erigido en símbolo de la villa.

Pero no es lo único que tienes que ver en ella. Próximas al faro se hallan las antiguas torres de telegrafía óptica que recorrían la costa del Maresme. En cuanto a sus monumentos, te gustarán la iglesia de Santa Maria, que combina la construcción neoclásica con una portada barroca; la Casa de los Salvador, que data del siglo XIV, y la Casa Sivilla, que es del XVI.

También debes visitar el mercado municipal, donde abundan productos de la huerta catalana, y el Parque Dalmau. Pero, además de disfrutar, de la playa hay dos puntos cuyo interés destaca en Calella.

Montnegre

?Este conjunto montañoso, hoy Parque Natural del Montnegre y el Corredor, llega en sus últimas estribaciones hasta la localidad. Se extiende a lo largo de unas 15.000 hectáreas y cuenta con una vegetación especial fruto de la proximidad del mar. En cuanto a su fauna, viven en él las típicas especies de bosque mediterráneo como la jineta, el azor o el arrendajo, pero también el tejón, el jabalí o el zorro.

Es un lugar perfecto para que hagas rutas de senderismo y, de paso, visites el santuario del Corredor, a casi seiscientos cincuenta metros de altitud y de estilo gótico tardío (siglo XVI).

Museo Archivo de Calella

El turismo de playa no está reñido con las visitas culturales, y este museo pluridisciplinar sobre la historia de la villa y sus vecinos más ilustres te resultará muy interesante. Para empezar porque se encuentra en una casona del siglo XVII y, además, por lo que muestran sus salas. Así, por ejemplo, una está dedicada a la industria textil, de tanta raigambre y con tanta importancia en toda la provincia de Barcelona.

Otra es muy curiosa, pues reproduce una farmacia de los años veinte del pasado siglo. Y, en fin, otras están dedicadas a la cerámica, la indumentaria e incluso el pasado arqueológico de la zona.